Hoy, tristemente acaba nuestra
estancia en el C.R.I.E, una experiencia increíble, que ha hecho mella en mí, y
que no olvidare nunca.
Me gustaron las palabras de
Antonio cuando estábamos con los niños a modo de despedida, cuando dijo que
llegamos al C.R.I.E como esponjas, absorbiendo todo lo que podíamos a nuestro
paso, empapándonos de conocimientos, para luego esparcir nuestras gotas por
todos los sitios.
Es una de las mejores
experiencias que he vivido, aunque ya tuve otro practicum anterior, mi
desarrollo personal y las ganas con las que lo cogí y el entusiasmo no son los
mismos.
Desde aquí quiero dar las
gracias a Antonio, a Pilar, a Verónica, a María, a Marcos y a Manolo, porque
cada uno en lo suyo nos han enseñado cosas muy importantes.
Antes de llegar al C.R.I.E mi
idea de maestro era totalmente diferente a la que es ahora mismo, incluso antes
de llegar dudaba de mis dotes como maestro, pero según pasaban las semanas he
ido evolucionando tanto personal como mentalmente, y mi idea de maestro ha
cambiado por completo.
Desde aquí hago una mención a
los futuros profesores en prácticas, que elijan el C.R.I.E, porque es un lugar
en el que se aprende y se disfruta mucho.
Y aquí cierro este blog, y
esta etapa de mi vida en la que soy un poquito más profesor, y un poquito más
persona, espero volverme a cruzar en el camino de los profesores del C.R.I.E,
pero que esta vez sea ya como un igual.