Van pasando las semanas, y se
acerca el final de las prácticas, y me da mucha pena.
Según pasan los días te vas
dando cuenta de que muchas de las cosas que para nosotros no tienen ningún tipo
de significado a la hora de estudiarlas, tienen mucho valor y sirven para mucho
a la hora de aplicarlas en la práctica educativa.
Te ayudan a entender las
reacciones de los niños ante situaciones complejas que le suponen una dificultad
a la hora de aprender, en muchas casos si no hubiera tenido esta información o
esta formación, no hubiera podido hacer frente a esas dificultades.
Durante el practicum también he
aprendido a reaccionar ante situaciones que antes no se me habían presentado,
situaciones que no conocía y que con la ayuda de los profesores del centro, he
solventado con facilidad.
Al principio pensaba que las
practicas eran un trámite, que era estar en un colegio mirando lo que hacían los
profesores, y algún vez actuar y poco más, pero me he dado cuenta que son
imprescindibles en la formación de un maestro, porque aprendes cosas que nunca
vas a aprender dentro de la universidad o estudiando apuntes.
Desde mi punto de vista en la
carrera debería de haber más situaciones de practicum para que los profesores adquieran
bien los conocimientos prácticos.
Los conocimientos teóricos son necesarios y están
bien pero sin unas buenas practicas, ningún alumno estará preparado para ser
maestro.
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